La oposición requiere que el plan de Javier Milei fracase
Está mucho mejor. Cuando uno observa los números, hay varios logros notables desde la asunción de Javier Milei como presidente. Evitamos que la hiperinflación nos golpeara en enero, y la inflación se ha mantenido por debajo del 2%. Además, hemos logrado un superávit fiscal, recuperado reservas del Banco Central y firmado un acuerdo inédito con EE. UU. La pobreza ha disminuido y las inversiones están volviendo. Curiosamente, este año no hemos visto la tradicional huelga docente que suele ocurrir a principios de año. En el presupuesto se han previsto aumentos para salud, educación, jubilaciones y discapacidad. Empresas como AySA y Aerolíneas Argentinas, que solían perder millones, ahora están generando ganancias. La construcción también estaba repuntando hasta que comenzamos a enfrentar este complicado momento preelectoral, donde la oposición ha complicado las cosas en el Congreso.
Es cierto que muchas de estas transformaciones ocurrieron en medio de recortes en las partidas nacionales, afectando principalmente a jubilaciones y obra pública. Por ejemplo, aunque se han tenido que hacer ajustes, algunas obras importantes, como la Ruta 3 —que históricamente ha sido peligrosa— han seguido avanzando. En el tema de jubilaciones, hay un punto crítico: de unos 6 millones de jubilados, alrededor de 3 millones nunca aportaron. Esto plantea un gran desafío.
Para sostener a los jubilados, necesitamos entre 20 y 24 millones de trabajadores activos, pero actualmente contamos solo con 6 millones. Es necesario cambiar la estructura laboral, dejando de ver las relaciones laborales como un negocio solo para los sindicatos. También se deben reducir impuestos y otros costos, y fortalecer a La Libertad Avanza en el Congreso. Sin leyes que promuevan el empleo formal, será difícil resolver la situación de las jubilaciones.
Las personas que reciben una jubilación mínima enfrentan grandes dificultades para llegar a fin de mes. Con $350.000 no se puede vivir. Yo soy jubilado, así que entiendo perfectamente. Aunque no tengo la mínima, estoy muy cerca. Aunque hay planes para reforzar las jubilaciones en el 2026, eso son solo parches si no se logra un crecimiento del empleo en blanco. En todo el mundo, un sistema jubilatorio solo funciona si hay empleados en blanco.
El diálogo y la búsqueda de consensos son esenciales. No se debe cargar todo el peso de los problemas en el gobierno, pero a veces parece que se olvida que los acuerdos requieren de dos partes. En la Argentina, el peronismo tiende a unirse, mientras que otros sectores se desunen en lugar de colaborar. Es crucial que los que somos razonables, dentro y fuera del peronismo, nos unamos. El esfuerzo del presidente Milei es significativo, y contar con la colaboración de figuras como Mauricio Macri suma optimismo. Sin embargo, el trabajo tiene que ser por el país, no por cuotas de poder individual.
Creo que la sociedad está dispuesta a sostener este proyecto, pero todo depende de la habilidad de los políticos para comunicarse. Es fundamental que todos perciban el esfuerzo monumental que hemos hecho en estos meses. Si las leyes que proponemos no se aprueban en el Congreso, todas estas medidas pueden frustrarse. La oposición, liderada por el kirchnerismo, busca que el plan de Milei falle para volver al poder.
Respecto al kirchnerismo, considero que es un sector que se opone a las necesidades del país. A pesar de haber vivido un periodo de grandes exportaciones, lograron dejar una Argentina con más pobreza. La clave está en que las fuerzas razonables se separen de la historia del kirchnerismo, que debe ser juzgada, pero no permitir que afecten nuestro futuro.
La relación del Gobierno con el Congreso ha sido activa, enfrentando la aprobación de leyes y varios vetos. Lo que hace Milei es aplicar las leyes con rigor. Cualquier gasto social debe contemplar su financiación, y si los proyectos no cumplen esta premisa, no pueden ser aprobados. Esta restricción es fundamental para evitar agravios como la inflación.
El presupuesto del 2026 promete un incremento en partidas, priorizando educación y otros sectores, sin subir impuestos. Se espera que las universidades, como la de Buenos Aires, racionalicen gastos para mejorar la calidad y no se dirijan a una educación masiva y poco exigente. Debemos también revisar el sistema judicial, donde hay sueldos exorbitantes que no se justifican.
Este clima de alta volatilidad en el mercado, típico de años electorales, se observa en la caída de acciones y el aumento del riesgo país. Esto no es necesariamente debido a Milei, sino a la incertidumbre que genera la posibilidad de un retorno del kirchnerismo. Los mercados tienen una memoria muy clara sobre estas situaciones y responden en función de sus expectativas sobre el futuro.
Sobre las negociaciones actuales, los swaps no deberían ser considerados como nuevos contratos de deuda y, por lo tanto, no necesitan pasar por el Congreso. Hay quienes insisten en que se deberían modificar las leyes, pero eso solo generaría confusión.
En cuanto a las elecciones, la dramatización de la realidad se utiliza como táctica política. El peronismo ha ganado en la Provincia, y eso se debe a su estructura y a cómo han manejado el electorado local. Si bien La Libertad Avanza logró mantener su cantidad de votos, la unidad de la oposición es crucial para desafiar la hegemonía del peronismo.
Sobre las denuncias de corrupción que afectan a miembros del Gobierno, creo que ningún otro gobierno ha actuado con la misma rapidez para hacer que los implicados se aparten y se defiendan en la justicia. Esto contrasta claramente con el kirchnerismo, que ha permitido que funcionarios acusados permanezcan en sus cargos.
Mi opinión sobre la renuncia de Espert es que fue lo correcto, aunque debemos estar alertas a no crear historias falsas sobre este tipo de decisiones. En la política argentina, lamentablemente, la cultura del ataque ha prevalecido.
Los proyectos para la Ciudad se centran en consolidar las liberalizaciones logradas en el Congreso, generando más oportunidades. Lo esencial en este momento es reducir impuestos, ya que es insostenible que los ciudadanos tengan que lidiar con cargas fiscales tan altas.
En este contexto, no se puede sostener un sistema de salud sobrecargado ni aceptar un Código Penal que liberara delincuentes sin un debido proceso. Las reformas son necesarias para avanzar, diseñando un país donde el esfuerzo de todos cuente y se refleje en políticas claras y efectivas.